Ahora quisiera compartir con ustedes un cuento que hice de la familia González Pacheco.
La cena de Noche Buena
Hoy es Noche Buena, son las diez de la mañana y veo a mamá muy preocupada o, mas bien angustiada. Le pregunto ¿que es lo que pasa? y me contesta muy triste que no hay ni un quinto para la cena de hoy y no sabe qué hacer porque nos quiere que pase esta noche despercibida.
-No te preocupes, ¿tienes frijoles?, entonces hacemos unas enfrijoladas que a todos nos encantan y con eso vamos a estar felices, lo importante es que cenemos todos juntos.- No la dejé muy convencida. Mamá acostumbraba a hacer la tradicional cena de Noche Buena para empezar, con una crema de verduras de entrada, después unos ravioles con crema, jitomate y gratinados con queso y para terminar cinco pollos al horno rellenos de picadillo con pasitas y especias, recetas hechas por mamá que era una excelente cocinera. Al día siguiente en Navidad, para festejar el nacimiento del Niño Jesús organiza una gran comilona a la cual invita a mis tios y primos, y a todos los vecinos los invita a tomar un brindis y a los niños les prepara bolsitas de dulces y los pone debajo del arbolito de Navidad para que cada uno los recoja.
Uno de mis hermanos les platicó a sus amigos de la cuadra que mi papá no tenía trabajo y que esta Navidad mi mamá no les iba a regalar dulces ni iba a haber brindis porque no había dinero ni para la cena.
El arbolito de Navidad también se veía muy triste sin sus bolsitas de dulces y regalos debajo de él.
Papá y mamá estaban muy abatidos, mis hermanos y yo tratamos de consolarlos diciéndoles que en otros años ya habíamos tenido de todo y que por un año que no hubiera cena y regalos no nos pasaba nada.
Mamá se resignó a cocinar las enfrijoladas con toda su tristeza.
Todos decidimos emperifollarnos como en las otras Noche Buenas, y a la hora de estarnos arreglando suena el timbre de la casa, serían como las ocho de la noche, como de costumbre bajamos corriendo a ver quien es el primero en abrir, ganó Lalo, cerró la puerta y gritó "mamá mamá ¡mira ven a ver lo que nos trajeron córrele!" Mamá bajó a ver lo que pasaba y se encontró con un gran pavo ahumado en las manos de Lalo. -¿Quien trajo esto?- preguntó sorprendida. -La vecina de enfrente la señora Campos-. Muy emocionada mamá se llevó el pavo a la cocina.
A los quince minutos suena otra vez el trimbre, lo mismo, bajamos todos corriendo y gana Arturo, muy impresionado nos grita -¡míren lo que nos trajeron!- Era un gran platón con ravioles a la italiana que se veían riquísimos. -Los trajo la señora Fonseca.-
Y asi fueron llegando platillos de todos los vecinos, raviles pavo,pollo,romeritos, bacalao,enfrijoladas y turrones, todos estábamos muy conmovidos porque se habían acordado los vecinos de nosotros en esta noche tan especial, cuando nos sentamos a la mesa mi mamá agradeció a Dios el tener tan buenos vecinos, cuando volteamos a ver el árbol de Navidad ya Navidad ya no lo vimos tan triste porque no hubiera regalos, habíamos recibido los mejores regalos de amor y amistad. Fue la mejor Noche Buena
21 junio, 2011
Retrato de mi Mamá
Este relato nos lo comparte
Tenía una espléndida figura a pesar de haber tenido doce hijos --la primera la perdió ya que nació de 6 meses y en esos tiempos era muy difícil salvar una vida tan pequeñita-- esto se debía a tanto deporte que practicaba, jugaba tenís y llegó hasta a ganar un campeonato de un torneo a nivel estatal a pesar de tener 5 meses de embarazo de su último hijo.
También practicaba la natación ya que cuando era soltera había obtenido un grado en natación, a todos nos enseñó a nadar.
Cuando tenía un rato libre ella siempre estaba con un libro en la mano, ella nos decía que antes de dormir había que leer un rato luego a rezar y despues a dormir.
Recuerdo que cuando algunos de mis hermanos se peleaban, otros se gritaban y otros jugaban, todo esto al mismo tiempo, mi mamá seguía concentrada en su lectura de vez en cuando volteaba y decía: "niños pórtense bien" y seguía muy concentrada en su lectura.
Tenía toda la paciencia del mundo.
Muchas veces vi que su cuerpo se transformaba, --ese cuerpo que tanto le gustaba a mi papá--, por estar esperando otro hijo, nunca la vi gorda pero si muy seguido con su vientre redondo y grande.
Cuando nos leía cuentos en las noches, --ella si que sabía contarlos--, había algunas escenas que nos las actuaba como cuando aparecían las brujas a veces hasta medio se disfrazaba para que pareciera mas real y claro que nos asustábamos, si había canciones nos las cantaba y cuando había truenos o ruidos de animales también los imitaba , era tan chistosa.
Le encantaba oír música y bailar asi es que ella fue la que también nos enseñó a bailar el chachacha, el rock and roll, también de parejita con las canciones de Ray Coniff.
Asi era todo el día, ella siempre estaba en movimiento, cuando no estaba en el club, estaba cocinando o bailando o haciendo tarea con alguno de nosotros o leyendo un libro o cambiando algún pañal, preparando mamilas etc. etc.
Creo que nunca se cansaba o por lo menos nunca nos lo dijo.
Mi mamá
Recuerdo a mi mamá siempre corriendo de un lado para otro, desde las seis de la mañana que se levantaba hasta las once o doce de la noche que por fin lograba llegar a su cama.
Lo primero que hacía era darnos el desayuno a mis diez hermanos, a mi y a mi papá, siempre con prisa para que no se le hiciera tarde a nadie y ella con mucha paciencia y de buen humor nos atendía uno por uno.
Lo primero que hacía era darnos el desayuno a mis diez hermanos, a mi y a mi papá, siempre con prisa para que no se le hiciera tarde a nadie y ella con mucha paciencia y de buen humor nos atendía uno por uno.
La hora de la comida la disfrutábamos mucho porque teníamos tiempo para platicar nuestras experiencias de la mañana y ella nos escuchába mientras nos servía la comida, esa comida tan rica que ella nos cocinaba, eran platillos sencillos pero no por eso menos exquisitos, como unas albóndigas al chipotle, o un arroz a la poblana con elotitos , rajas de chiles poblanos y queso manchego, mmm que delicia. A veces los hacía mas complicados pero siempre deliciosos.
Ella le daba mucha importancia a la hora de la comida, porque decía que era la hora de la convivencia, ¿sería por eso que le gustaba tanto cocinar y lo hacía tan bien?
Ella le daba mucha importancia a la hora de la comida, porque decía que era la hora de la convivencia, ¿sería por eso que le gustaba tanto cocinar y lo hacía tan bien?
Tenía una espléndida figura a pesar de haber tenido doce hijos --la primera la perdió ya que nació de 6 meses y en esos tiempos era muy difícil salvar una vida tan pequeñita-- esto se debía a tanto deporte que practicaba, jugaba tenís y llegó hasta a ganar un campeonato de un torneo a nivel estatal a pesar de tener 5 meses de embarazo de su último hijo.
También practicaba la natación ya que cuando era soltera había obtenido un grado en natación, a todos nos enseñó a nadar.
Cuando tenía un rato libre ella siempre estaba con un libro en la mano, ella nos decía que antes de dormir había que leer un rato luego a rezar y despues a dormir.
Recuerdo que cuando algunos de mis hermanos se peleaban, otros se gritaban y otros jugaban, todo esto al mismo tiempo, mi mamá seguía concentrada en su lectura de vez en cuando volteaba y decía: "niños pórtense bien" y seguía muy concentrada en su lectura.
Tenía toda la paciencia del mundo.
Muchas veces vi que su cuerpo se transformaba, --ese cuerpo que tanto le gustaba a mi papá--, por estar esperando otro hijo, nunca la vi gorda pero si muy seguido con su vientre redondo y grande.
Cuando nos leía cuentos en las noches, --ella si que sabía contarlos--, había algunas escenas que nos las actuaba como cuando aparecían las brujas a veces hasta medio se disfrazaba para que pareciera mas real y claro que nos asustábamos, si había canciones nos las cantaba y cuando había truenos o ruidos de animales también los imitaba , era tan chistosa.
Le encantaba oír música y bailar asi es que ella fue la que también nos enseñó a bailar el chachacha, el rock and roll, también de parejita con las canciones de Ray Coniff.
Asi era todo el día, ella siempre estaba en movimiento, cuando no estaba en el club, estaba cocinando o bailando o haciendo tarea con alguno de nosotros o leyendo un libro o cambiando algún pañal, preparando mamilas etc. etc.
Creo que nunca se cansaba o por lo menos nunca nos lo dijo.
Esta anécdota nos la comparte
Margarita, por favor limpia los zapatos de Leticia...
y que se encabrona la tal Margarita y le contesta a mi mamá:
yo no tengo por que hacer ese trabajo !
Mira Margarita --Le dijo mi Mamá-- si ya no estas agusto aquí, te puedes ir.
Eduardo González Pacheco
Hace mucho, pero mucho tiempo, mi mamá --Josefina Pacheco Albarrán-- , contrató a una sirvienta de nombre Margarita.
La tal Margarita, era la cocinera, la recamarera, la que planchaba, la que lavaba, etc, etc.
Un buen día, Leticia, mi hermana, necesitaba que le limpiaran unos zapatos, porque ella tenía una primera comunión o un bautizo o que se yo, mi mamá, desde la parte de arriba de la casa, avento los zapatos y dijo:
y que se encabrona la tal Margarita y le contesta a mi mamá:
yo no tengo por que hacer ese trabajo !
Mira Margarita --Le dijo mi Mamá-- si ya no estas agusto aquí, te puedes ir.
... Ni tarda ni perezosa, la dichosa sirvienta agarró sus tiliches y se fue a empacarlos...
Mientras esto sucedía, Jorge, Enrique, José Ángel y yo, nos enteramos de dicho acontecimiento...
Como comprenderás, a ninguno de mis hermanos ni a mi, nos caía bien la tal Margarita y, cuando estaba empacando nos fuimos a burlar de ella:
Pinche "Nalgarita", que bueno que ya te vas.... Con esas nalgotas ojala que te acepten en otro lado jajajaja
En fin, la ofendimos todo lo que quisimos, de repente, que se encabrona y le pega a Jorge --qepd-- y a grito pelado, le dijo una maldición con las siguientes palabras:
RECIBE ESTE GOLPE DESGRACIADO Y QUEDARAS MALDECIDO PARA TODA LA VIDA, VAS A SUFRIR MUCHO Y NADIE TE PODRÁ QUITAR ESTA MALDICIÓN !
José Ángel, Enrique y yo, nos quedamos impresionados de las palabras que utilizo Margarita, porque también a nosotros nos empezó a gritar maldiciones...
Ella era como una bruja, en su cuarto siempre tenia cosas raras, como ajos colgando, muñecos medio raros, en fin, no me cabe la menor duda que estábamos enfrentándonos al mismísimo demonio!
Y tu,
¿te acuerdas de alguna anécdota?
Compartela !
09 junio, 2011
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