21 junio, 2011

Cuento de Navidad

Ahora quisiera compartir con ustedes un cuento que hice de la familia González Pacheco.
La cena de Noche Buena
Hoy es Noche Buena, son las diez de la mañana y veo a mamá muy preocupada o, mas bien angustiada. Le pregunto ¿que es lo que pasa? y me contesta muy triste que no hay ni un quinto para la cena de hoy y no sabe qué hacer porque nos quiere que pase esta noche despercibida.
-No te preocupes, ¿tienes frijoles?, entonces hacemos unas enfrijoladas que a todos nos encantan y con eso vamos a estar felices, lo importante es que cenemos todos juntos.- No la dejé muy convencida. Mamá acostumbraba a hacer la tradicional cena de Noche Buena para empezar, con una crema de verduras de entrada, después unos ravioles con crema, jitomate y gratinados con queso y para terminar cinco pollos al horno rellenos de picadillo con pasitas y especias, recetas hechas por mamá que era una excelente cocinera. Al día siguiente en Navidad, para festejar el nacimiento del Niño Jesús organiza una gran comilona a la cual invita a mis tios y primos, y a todos los vecinos los invita a tomar un brindis y a los niños les prepara bolsitas de dulces y los pone debajo del arbolito de Navidad para que cada uno los recoja.
Uno de mis hermanos les platicó a sus amigos de la cuadra que mi papá no tenía trabajo y que esta Navidad mi mamá no les iba a regalar dulces ni iba a haber brindis porque no había dinero ni para la cena.
El arbolito de Navidad también se veía muy triste sin sus bolsitas de dulces y regalos debajo de él.
Papá y mamá estaban muy abatidos, mis hermanos y yo tratamos de consolarlos diciéndoles que en otros años ya habíamos tenido de todo y que por un año que no hubiera cena y regalos no nos pasaba nada.
Mamá se resignó a cocinar las enfrijoladas con toda su tristeza.
Todos decidimos emperifollarnos como en las otras Noche Buenas, y a la hora de estarnos arreglando suena el timbre de la casa, serían como las ocho de la noche, como de costumbre bajamos corriendo a ver quien es el primero en abrir, ganó Lalo, cerró la puerta y gritó "mamá mamá ¡mira ven a ver lo que nos trajeron córrele!" Mamá bajó a ver lo que pasaba y se encontró con un gran pavo ahumado en las manos de Lalo. -¿Quien trajo esto?- preguntó sorprendida. -La vecina de enfrente la señora Campos-. Muy emocionada mamá se llevó el pavo a la cocina.
A los quince minutos suena otra vez el trimbre, lo mismo, bajamos todos corriendo y gana Arturo, muy impresionado nos grita -¡míren lo que nos trajeron!- Era un gran platón con ravioles a la italiana que se veían riquísimos. -Los trajo la señora Fonseca.-
Y asi fueron llegando platillos de todos los vecinos, raviles pavo,pollo,romeritos, bacalao,enfrijoladas y turrones, todos estábamos muy conmovidos porque se habían acordado los vecinos de nosotros en esta noche tan especial, cuando nos sentamos a la mesa mi mamá agradeció a Dios el tener tan buenos vecinos, cuando volteamos a ver el árbol de Navidad ya Navidad ya no lo vimos tan triste porque no hubiera regalos, habíamos recibido los mejores regalos de amor y amistad. Fue la mejor Noche Buena

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